dissabte, 14 d’abril del 2012

El piano verde (homenaje a Lorca)


En alguna caricia reposada
un ángel profanó el polvo trasnochado
sobre las teclas del piano verde
haciendo sonar una nota enmudecida
por un silencio ensordecedor.
El tono galopó como un eco en la noche
e hizo vibrar una estrella en el firmamento.
Una bruma condensada en el pasado
bosquejó la sonrisa emanada
de algún rincón de su infancia
en la Vega de Granada.
Todavía quedarán gitanos
que afilan la navaja con la luz de la Luna
y pierden más de un quejido
al albur del destino.
Aún subsistirán incomprendidos
que ahoguen en el arte
su llanto silenciado
y sublimen su tortura
en algún pedestal del Olimpo.
Siempre seremos una caricia,
un ángel, una noche,
un caballo, una Luna,
una bruma, una sonrisa,
un gitano despechado,
un incomprendido.
Siempre seremos un Lorca
que volverá a tocar el piano verde,
que seguirá tañendo sus versos
en la crónica de la inmortalidad.

Llorenç Garcia